lunes, 26 de octubre de 2009

Demiurgo

Sus blancas manos
evidencia eran de dolores y alegrías.
Aquellas que edificaron el sol
de sus inocentes días,
yacían abatidas ante la adversidad
de la noche.

Las intrigas de tu raído corazón,
allanan esperanzas albergadas en ti.
Anhelas paz interior y alivio
de un descanso eterno.
Ten fe vendrá por ti...

Demiurgo abatido
¡Clamante de juventud
y tibias picardías!
cantaste desvanecido...
tu voz se confundió con la noche .
A la esperanza aun refugiaste
con tu mundo pendiente de un hilo.

Nuevos rocíos resbalaban
sobre tus enrojecidas mejillas
penas y miedos juntos...
Los dos recorrieron el trecho de
aquella infancia de cristal.

Retrocedes y te encuentras descalzo,
juegueteabas entre el viento y el agua
sumergías tus labios
en dorados sueños.
La melancolía escondida asechaba
ante el derroche de júbilo ....

Y tus ojos se mantuvieron cautivos
y sigiliosos.
Quisieron secar las gotas
que brotaban.
No sufras más ¡Alza tus alas hacia
un nuevo horizonte, cree en ti!

Divulga tu ánima. Deja de andar por rincones
de penumbra.
Levanta tu mirada,
verás que no todo a tu alrededor
se torna gris,
Exhala tu último suspiro ...ya no
caminaras bajo el yugo del
infortunio.

Te aferra a lo que vendrá.
Tranquilo esperas el desenlace final,
La memoria pura se halla,
el corazón se descansa,
lentamente te desvaneces...
Tus órbitas se cierran ....
Un poco más...
Un poco más...

En una noche de abril,
él te llevó consigo.
Dejaste volar a las aves
y a sus cantos,
Se desvanecieron imágenes ante mí...
Partiste hacia el crepúsculo
en una noche de abril.

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